Emprender sin filtros: por qué no debemos romantizarlo
Ayer tuve una experiencia especial: fui entrevistada por alumnas de sexto semestre de Mercadotecnia de la Universidad La Salle. Querían conocer la perspectiva de una mujer emprendedora, los retos de este camino y los aprendizajes que he obtenido.
Entre sus preguntas, hubo una que me llevó a un flashback de los últimos 15 años de mi carrera: ¿Cuáles han sido los mayores retos de emprender? Al responder, en mi mente se dibujó una línea de tiempo con cada obstáculo superado, cada acierto celebrado y cada lección aprendida.
Emprender es un camino apasionante, pero no fácil. No basta con tener una gran idea, hay que sostenerla con estructura, flexibilidad, aprendizaje continuo, planes de acción, inteligencia emocional, pasión y, sobre todo, un gran equipo que te respalde.

¿Por qué decidí emprender?

¿Qué consejo le daría a alguien que quiere emprender?
Primero, no hay que romantizar el emprendimiento. Si bien tiene grandes beneficios, también implica muchas pruebas y desafíos. Por eso, es fundamental contar con:
✔️ Un capital de respaldo para afrontar los primeros meses o incluso años.
✔️ Un estudio de mercado sólido.
✔️ Un plan de negocio claro y estructurado.
Y aquí un punto clave: Si eres joven y quieres emprender, mi recomendación es que primero trabajes en una empresa del giro que te interesa para aprender cómo funciona. Si ya tienes experiencia y deseas emprender, hazlo sin dejar tu empleo hasta que tu negocio sea sostenible. (Esto con base a experiencias propias y de conocidos cercanos).

Mi mensaje final:
Si quieres emprender, hazlo con bases, estructura y estrategia, pero nunca te quedes con las ganas de intentarlo. Porque, al final, lo más valioso que te dejará la experiencia será el aprendizaje.
Al terminar la entrevista, las alumnas me agradecieron y me dijeron que mi historia las inspiró. No lo esperaba, pero comprendí que muchas veces no sabemos hasta dónde nuestras experiencias pueden impactar a otros.
Sigamos soñando, construyendo y transformando día con día.
Con cariño, Karla Aguilar